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En la ciudad de Cleoponimia un extraño virus carcomíble, expulsado por una planta, se difundió por todo el bosque. Justo esa noche acampaban unos niños en compañia de sus mejores amigos, los ositos de peluche.
Estos sintieron el virus y al ver a los niños dormidos, todos se reunieron y expusieron sus cuerpitos para que a sus amigos, los niños humanos, no fueran infectados.
A la mañana siguiente el amor del osito seguia intacto pero su cuerpito guardaba ese horrible virus. Los ositos sabian que siempre darian su vida por sus mejores amigos, los niños…